Hay regalos que no se olvidan, no por su valor material, sino por lo que despiertan en quien los recibe.
Para el 40 cumpleaños de Manuela Cabral, maquilladora profesional y mujer profundamente luminosa, creamos juntas unos espejitos personalizados que fueron mucho más que un detalle: fueron un símbolo.

Ella, que nunca antes había celebrado su cumpleaños con una fiesta, decidió por primera vez reunirse con sus seres queridos para agradecer la vida. Y me eligió para crear ese obsequio con alma, con mensaje y con corazón.

El diseño fue sencillo pero cargado de intención:
✨ Su nombre: Manuela Cabral
✨ Una frase inspiradora y directa al alma: “¡Sonríe!”
✨ La fecha de su cumpleaños
✨ Todo impreso en sus colores favoritos, los que la representan y vibran con su esencia

Sobre un soporte de bambú ecológico, cada espejito fue entregado como un pequeño altar portátil, un recordatorio de que la verdadera belleza está en sonreír desde adentro.

“Gracias por elegirme para formar parte de un momento tan íntimo y especial. Fuiste tú quien me tocó el alma con este encargo.”

Un trabajo que celebró la luz de una mujer que embellece el mundo desde dentro hacia fuera.
Un objeto que no solo refleja el rostro… sino el alma.